Y trino...

diciembre 10, 2011

Planetario

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.


Y por el momento, la única súplica es guardar silencio.
Aún tengo un par de versos que vomitar, para sanar esa vieja herida.

Luego, entonces, pasa.

[-¿Y si te quedas, qué?-]


* * *


Pesa la hoquedad,
la aridez en mi interior.
No guardo galletas en el delantal
ni me desvelan fiebres ajenas.

Mi cuerpo es una República China, bulliciosa, inquieta, llena pero inútil.
Piedra que sobre piedra, a fuerza de tanto golpear, no hace más que mantenerse dura, intacta, inanimada.

Quiero una jardinera llena de flores,
lluvia constante y calmada (incesante, colmadora).
Necesito una sonrisa limpia,
girasolitos con piernas y brazos que pidan un abrazo primitivamente.

Quiero una sombra para "los días soleados",
un árbol para echar raíz y dos estrellitas para iluminarme los ojos
[-ahora los tengo llenos de lágrimas y sigo siendo tierra infértil-].

Hombre, ven a hacer el zurco.



**Letras al viento del 2 de mayo de 2010

Acompañan Manuel García y Santiago Cruz, par de alfiles.

noviembre 15, 2011

Resonancias

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

De vez en vez, abro una página del libro aquél.

Y ahí estás, tan oscuro, casi transparente.

De vez en vez, llega entre las notas de los árboles una que dice: "qué tal te va?".
Sonrío y comienzo a creer que estás bien.
(Quién fuera Jacques Cousteau...)

noviembre 08, 2011

Bendito Johansen!



Desde que te perdí...se están enamorando todos de mí (hago lo que me da la gana)

agosto 26, 2011

A quien corresponda (te queda apretado el saco)

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

No he dejado de soñar, sigo viviendo.
Tropiezo, reviso las heridas, me sobrepongo.
Detrás de la piel de lobo feroz he ido forjando la actitud de cordero.

Querido, después de ti aprendí que la vida nos ofrece oportunidades para ser mejores.
Que si amanece nublado, quizá enmedio de la lluvia un niño me arranque una sonrisa;
que si hay café, de seguro habrá pan;
y que si hay ganas, seguramente habrá revolución.

Te recuerdo a la distancia y sonrío pensando que tal vez un día encuentres lo que necesitas.
A mí, la vida cada día me da una oportunidad que puedo aprovechar o canjear por la felicidad de alguien más.

Este año lo he canjeado por tu bienestar.
Rezo a mi manera, elevo tributos a mis dioses privados, elogio la sabiduría que hay en el orden de las cosas -aún a regañadientes-.

Al final del día, ¿quién puede acusarme de no haberlo intentado?

Reinterpreto ese universo de lugares y momentos, cambio los códigos y listo.
Tienes tu universo; vivo mi circustancia.



He vuelto a proponer el caos que mantiene el equilibrio de mis días.

Soundtrack cortesía de Antonio Vega y Cómplices: "Una décima de segundo".

mayo 17, 2011

[Supernatural]

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.




He visto florecer mi ciudad entre espasmos de concreto, fetiches y hilton gardens; 
he sido testigo de las murallas que separan infranqueablemente el bienestar de la felicidad con sus tentáculos invisibles. He querido ser un guerrillero de la paz enfundado en un bonito traje verde olivo, portando orgulloso mi fusil a la par de la sonrisa más esplendorosa que pudo parir para mí la Mona Lisa.

He sido y sigo siendo francotirador de oscuras tristezas, embarradas por siglos en los ojos de los niños que ahora entonan mi marcha fúnebre, con solemne alegría.

Señores, acá va mi arma en pos de la verdad oculta tras el velo de una caricia.


* * *


La bestia no pudo conmigo. 


Le gané el paso a la nostalgia, me vestí de tu recuerdo para no traerlo dándome vueltas en la cabeza. Me inventé una vida en la que eres el testigo protegido, que cambia de ciudad y de apellidos para ver cómo sus antiguos dominios quedan vueltos ruinas.


Soundtrack by Anita Tijoux (Llévame muy lejos) & Monocordio (Deja que salga la luna, cover)




abril 15, 2011

Do you?

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Carta dirigida (a manera de conversación íntima) a Luis Daniel Pulido



¿Has pensado en que "pushar" el botón rojo hubiera sido la mejor escapatoria?
(el rojo es un color perverso, ambiguo, de gustos exigentes a mi parecer...te va el rojo?)


¿Alguna vez has visto a una ex-novia estar más guapa que nunca, y justamente después de haber pasado por ti? (según dicen, la percepción de las personas cambia según la proximidad y frecuencia con que se vean...la próxima vez que vea a Thor seré la mujer más guapa del planeta?)


¿Te has sentido como un perico en smoking frente a una multitud de hienas en tutú?

¿Has pensado en que estamos en este canal por equivocación?


Es un día nublado, extraña y desafortunadamente, porque a pesar de que no he sentido la sangre burbujear por todas mis venas -al ritmo de una samba brasileña- no había sentido la mano culposa bajar el switch de mis interruptores sensoriales, dejando endebles mis lagrimales que, tercos, han vuelto a pensar en esa lúgubre sala de abordaje.


¿Por qué no podemos parecernos nunca a ese súper héroe que asalta nuestros sueños cada madrugada?

P.D: escribo desde mi trinchera climatizada y me da por generalizar. Have you ever felt this way?

marzo 22, 2011

(interferencia)

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.


Hubo una vez un hombre que hubiera hecho todo por verme bailar de placer.
Y lo alejé de mí.

Hubo una tarde en la que quise haberle dicho que sí, para hacerle frente a la soledad de su mano.
Hubo un minuto en el que tomé la decisión correcta, y lo dejé pasar de largo.

He aquí que sigo sola.

febrero 22, 2011

If i still keep on trying...

Hoy liberaré un libro...se irá volando con las alas de la imaginación y el poder del sudor, de las lágrimas, de la sexualidad, pero sobre todo del reverso de la impotencia, y dará a cada uno su abono, y a cada cual un lugar para luchar.

Dice algo así: "la parte más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la lealtad"



Sobre la Justicia, que al final del día sigue siendo débil visual, advierto que la vida no es justa ni se preocupa por serlo. Uno se empeña en que las cosas sean como en el imaginario personal aportarían un toque de orden al universo social -y claro, uno siempre saldría beneficiado-.

Si la Justicia existe, supongo que será una especie de "boomerang kármico" (no se me ocurrió algo más divertido), que devuelve a cada uno exactamente lo que merece...yo diría que la puntualidad no es precisamente su mayor cualidad.

De la Misericordia -término que se me antoja tristemente teñido de religión-, creo que más allá de la conmiseración existe la verdadera misericordia, una prima lejana de la solidaridad -término altamente político-. Imagino que debe parecerse a las cosquillas que siento cuando veo a una mujer orgullosamente embarazada, o cuando de pronto me asaltan las ganas de compartir mi mejor parte, esa que duerme tranquila más allá de mis demonios. Misericordioso aquel que sonríe con facilidad ante las cosas sencillas y siente crecer un árbol en su interior, como si desde la esperanza fuera posible combatir el mal (recuerdo bien ese gesto, la desolación y la arena en tus ojos).

De la Lealtad haré sólo una observación: bobby jean.
Felices primaveras, mejores vientos y mucha luz.


Espero que el tuyo también tenga alas y libere a alguien de la soledad.
El libro se llama "Las buenas costumbres", es de Carlos Fuentes, y ahora sí que es un buen desprendimiento.

febrero 04, 2011

E-pístola IV. El blues de la soledad

Es un mes de anclajes, de fuertes amarras a barcas construidas de recuerdos.
Son días de fuertes oleajes, de vértigos constantes y fastidiosas jornadas de porqués y paracuándos.

No sé el momento justo en que crucé la línea de la realidad desoladora para instalarme en la nostalgia de sueños por cumplir: mi partida es mi derrota, y sigo en el "flash back", revisando cuadro por cuadro la escena para encontrar los saltos en la continuidad de la historia.

Traigo un conflicto hecho nudo en el pecho, he guardado las lágrimas que pensé no serían necesarias, por no añadir drama a este proceso. He forzado la marcha, intento cambiar de aires, reconciliar esa parte mía con la pequeña fortuna que dejé enterrada cuando me fui.

Quisiera levantarme y agradecer por todo lo que tengo, sonreír y dejarme llevar al compás de la vida, fluir...dejarte ir. Pero no siento que haya cerrado el círculo, ni he dejado de quererte. Creo que aún es posible la improvisación. Sigo luchando por mantener erguidos los cimientos de los que algún día fueron nuestros castillos.

Me ha ido una parte de vida en ello pero no sé cómo continuar sin sentir que he dejado de buscar.
Ya no sé de qué va ni de qué voy.
Que la vida encuentre el camino.

enero 24, 2011

E-pístola III. Cantora

"Entre los rincones que anida mi alma hay un espejismo lleno de esperanza..."

-Marcela Morello-



No voy a mentir: me gustaría que estuvieras aquí.


Pero tenía que dejarte ir porque tus ojos gritaban por libertad,

Porque tu mano ahora buscaba otra geografía que recorrer

Y tu espalda no se arqueaba más al contacto con mis labios.



No hubo violencia ni escaramuzas.

Bien dice la canción: las distancias apartan las ciudades, las ciudades destruyen las costumbres.



Por analogía.

Por sentido común.

Por piedad.

Porque así la vida nos enseña a dejar volar.



Me encantaría que estuvieras aquí, como hace dos años estuve contigo.

Paradójico, no? Lamer una herida que después reabrirás.

Porque soy cantora y una eterna buscadora también, así te dejo ir.



Suena Mercedes “La Negra” Sosa: razón de vivir, jamás te olvidaré y zamba para olvidarte.

enero 22, 2011

E-pístola II. A la orilla del cielo

"El desenlace une la vida de cada una de las figuras en una disertación sentimental honesta, aunque esquemática..."

- José Cervantes en la publicación Cine Premiere-



Hasta entonces, lo único que suponía era que aprendería cine.
Me volé una clase sin intención, por miedo a preguntar.
Tonterías, ya ves.

No puedo negar que mis compañeros, en su gran mayoría, parecían lelos en la clase de Gustavo García.
Claro, por aquellos días ni imaginaba que ese tipo gracioso-pedante era una figura.
Chica provinciana que estudió periodismo y ni la televisión ve. Perfecto.
Se trataba de un considerable crítico de cine, investigador y, por qué no, teórico.
Sus clases eran como una de esas historias maravillosas de conquistas y glorias que, supongo, han de contar los abuelos. La verdad, me emocionó todo menos la materia que tomaría durante el intercambio.

Después de los malos tratos en Querétaro, de ver al hoy bendito Jefe Diego a cinco metros de distancia en San Miguel de Allende y las compras de uniforme a prisa, lo que menos quería era tarea. Era sencilla y vos, amante del cine, te prestaste a ayudarme: ir a ver "A la orilla del cielo". Así, sin más referencias.

(Ahora sé que forma parte de la trilogía "amor, muerte y diablo", del realizador Fatih Akin de origen germano-turco)

Conservo el ticket de entrada y luce en él la fecha de nuestro primer beso de consentimiento mutuo (antes me habías robado uno): miércoles 21 de enero de 2009 8:00 pm Sala 4 Cinépolis Universidad.

Yo, como siempre, iba en fachas; vos, muy elegante, de tacuche café.
Comida de plaza o restaurant por fuera, ojos de borrego a medio morir...
las puertas bien abiertas para que te instalaras.

Fue una gran noche: buena película, mejor compañía y excelente culminación.
De ahí al viernes, la promesa de un fin de semana juntos me mantuvo con sonrisa ancha.
De ahí al día de hoy, la marea de momentos que indudablemente volvería a repetir contigo.

Hace dos años estaba declarándole al mundo que por fin sería feliz.
Y lo logré.
Gracias infinitas.




A la orilla del cielo (trailer):
http://www.youtube.com/watch?v=9SBROcesCxM

Soundtrack (just push play) cortesía de Manuel García, "Hablar de ti".

enero 21, 2011

E-pístola I. Así es mi amor

"Por ti voy a llorar mientras me quede llanto
y grite de llorar mientras cariño tenga
comprendo que tú eres la causa de mi angustia
pero es tanto mi amor que hasta sufrir me gusta..."


                         -José Alfredo Jiménez-





Qué más hubiera querido que causarte un dolor bien grande.

Uno de aquellos que sólo vienen de un gran vacío, de la insoportable –en la verdadera extensión de la palabra- ausencia del ser amado.


No sé que sientas en este momento, y he intentado imaginar lo que sentiste aquella noche.
He partido del supuesto de que todo fue un mal entendido. Aún en el silencio sigo dándote el beneficio de la duda.
Habrán pasado muchas cosas por tu cabeza, quizá ni siquiera le hayas dado tanta importancia. Estuve más de una semana en la misma ciudad y apenas pude verte dos horas.


La sorpresa, las películas, las nuevas adquisiciones. Nada.
Éramos dos viejos conocidos charlando sin ganas, mirando todo alrededor y nada hacia nuestra relación. Ni un beso ni un abrazo sinceros, de esos que reparan cualquier malentendido. No supe qué decir ni cómo decirlo, me llenaba el verte, el oírte.


Supe que por más determinación que llevara encima no podría decirte que tenía meses sin sentirte conmigo, que me había calado profundo que no llamaras más porque no tenías qué contar, que te hubieras desentendido de mi visita y que no hubieras puesto fecha para reponer la invitación al cine. Tampoco supe –ni quise preguntar- si la visita a Guadalajara se había concretado ni si habrías regresado a tiempo para verte mucho antes de ese jueves.


Discúlpame si no insistí lo suficiente. Uno nunca lo sabe y peca de no querer parecer impertinente. Confieso que no apunté en tu calendario los días que estaría allá ni mencioné más; confieso que la cancelación me sonó a pretexto. Luego de las fallas insistentes en todas las líneas telefónicas y especialmente en los móviles durante el fin de semana, el lamentable deceso en tu oficina debió ser una señal. Pusiste tus prioridades y claramente no figuré en ellas. Poco a poco la lucecita se apagó.


Aguanté lo suficiente como para no desmoronarme frente a los pasajeros en la sala de espera.
Ha pasado suficiente tiempo, creo que no responderás más.


Aún en la distancia sigo otorgándote el beneficio de la duda.
He recordado muchos buenos momentos a tu lado.
Ahora que se acerca el 23 de enero no puedo evitarlo.

Insisten tu sonrisa, la posición al dormir –y al despertar-, la sonrisa pícara y ese gesto de interesante al conducir. Tengo frente a mí la vida que quisimos compartir, ahora sin tu aliento ni tu tacto. Sigo adelante sin rencor, con un pelotón de “hubieras”, a sabiendas de que la vida es una doble ruleta que habrá de ponernos frente a frente alguna vez y a cada quién con su cada cual. Cierro los ojos y espero abrirlos cuando la vuelta me ponga de nuevo junto a ti.

Entretanto, buscaré la alfombra, la mesa de centro y el frutero