Hasta cuándo voy a repetir el desenlace?
Por qué no tenemos por costumbre a la verdad?
Y si hoy me arrepintiera, cortaría esta suerte de maldición gitana?
Si alguna vez tengo que predicar, que sea con una vida en equilibrio y sin arrepentimiento: a veces caer también es ganar.
Que nadie vuelva a enseñar la victoria como único camino hacia la felicidad.
Que nadie pueda acusarnos de no haberlo intentado.
Jamás.