Y trino...

diciembre 25, 2008

Anversidad

Toda moneda tiene anverso y reverso: anversidad es la situación en que están
respecto una de otra las figuras de sus dos caras,
unidas para siempre en el mismo sitio,
ligadas por la materia que les da existencia
-dos planos del mismo objeto, en lazo indisoluble-,
en cercanía tan íntima,
tan próximas que si alguna de las dos no existiera,
la moneda perdería razón de ser:
las necesita a ambas,
no puede partirse en dos sin aniquilarse:
la moneda es moneda porque tiene anverso y reverso;
y a pesar de esto, o por todo esto, las dos figuras,
sentenciadas a coexistir mientras su espacio de metal no muera,
no se verán jamás ni se unirán nunca.


[Anversidad. El silencio de la luna. PACHECO José Emilio]

diciembre 18, 2008

A song to bring you home


[Porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse,
llorá nomás botija pero no olvides...]


Y puestos a elegir, prefiero serme fiel.
Señores, pueden irse todos al carajo de uno en uno sin mirar atrás.
A excepción de usted. Por favor, póngase cómodo: siéntase en casa.
This is your home, your bittersweet lounge.

Step by step...a song to bring you home.

diciembre 12, 2008

Under the hop [between us]


"Y la lluvia cayendo por mi sombrero..."


Me han regalado la luna. La tengo en las manos y se me comienza a escurrir. Ha vuelto a ser diciembre y las cosas se movieron de lugar. Jugamos a ponerle los ojitos al destino, las botas a las nubes, un nuevo nombre al amor -incluso una modalidad más contagiosa y menos coercitiva-.

Comienzo a sentirme pequeñita, extraordinariamente envuelta por tu nombre [de infranqueable batalla], que se me enreda, me crucifica y absuelve del ayer. Me condena para siempre.

Hace frío y no estoy. Me hace falta la mano diestra, el murmullo meloso, un nuevo repertorio musical. No sé si sepas que cuando te fuiste - [y desde entonces es así] - me quedé parada enmedio de mí, aristocráticamente 'enmimismada'. He avanzado poco, el camino ha sido difícil.

[Y me pregunto /con esta curiosidad a cuestas/ lo que hubiera sido, lo que sería.]

He preferido pensar que sigues remotamente conmigo, y que este paso ha dibujado una profunda sonrisa en tu rostro, que los resultados son para dos. En adelante, para nosotros dos.

[Aunque no estés.]

diciembre 05, 2008

4-3-2 (Planeando)

'And if you listen I can't call


And if you jump, you just might fall


And if you shout, I'll only hear you...'





If i could stay



Es inevitable, querido. Somos, como lo plantea Pacheco, 'anversidad'.


Caras de la moneda que están unidas. Y sin embargo, irremediablemente separadas.


Hace tiempo que lo noto: es algo inherente a la capacidad de acoplarnos.

Creo firmemente en que fuimos un buen proyecto de lo que no debe ser.

[Como si de tus alas naciera mi libertad, o en mi serenidad se forjaran tus sueños]

Es mejor mirar hacia otro lado ahora, cariño.

Antes de que el viento nos obligue a arrancar la mirada del otro, provocando una herida profunda, carmesí.

Anda, despierta ya. Vamos a emprender el vuelo al mismo tiempo.

En diferente dirección.




noviembre 26, 2008



En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

No muevas la cabeza buscando respuestas.

Las respuestas en realidad son las hadas de los cuentos para niños, en los que se maquillan de buenas y dadivosas. Es de pájaros -como vos y como yo- rendirse y volver a comenzar.

Escucha bien:

"el cielo es tan infinito...

que no me creerías si te digo

que al cerrar los ojos lo puedes abarcar".

Para el dueño y esclavo de la imagen.

www.arielsilvafoto.blogspot.com

noviembre 03, 2008

¿Dónde está la Fe?

No está la fe en esperar a que los sueños se hagan realidad, ni siquiera se trata de una serie de latidos extrañamente más fuertes y rápidos que los demás.

La señorita Fe me ha escrito un par de cartas, al interior de las cajetillas de cigarros que desperdiciamos cuando jugábamos a ser grandes. Al principio pensé que se trataba de una broma, como las que tanto le gusta hacer; luego, descubrí las pequeñitas pistas que me dejaba para que por fin pudiera encontrar el mensaje.

Es curioso porque nunca encontré letras en su interior. Algún olor me traía recuerdos de otros lugares, las texturas me hacían viajar siempre a su lado, a veces se trataba de la fecha, de la hora de llegada…sin embargo, nunca pude precisar dónde estaba.

La conocí una mañana, cuando con una sonrisa clara aquel hombre señaló el cielo y comenzamos a volar.
Desde entonces, Fe vive entre nosotros: temblorosa, expectante, habituada a ser olvidada con frecuencia.

octubre 28, 2008

La parte de adelante (in memoriam)

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

'Soy un vagabundo y camino bastante alrededor del mundo

pero quiero volver a casa -a alguna casa-...'

Una grande, de puertas abiertas, bordeada de calles estrechas (y que todas conduzcan a ti).

Desde entonces, éste ha sido mi refugio contra el olvido.

Soy fetichista en estado natural y con conservadores, aferrada a la idea de verte volver.

Galopan mis pensamientos en tu dirección, con la esperanza de recibir heraldos de tu sonrisa,

el haz de luz de tus ojos, la balsa de madera con su comandante a bordo.

Siempre viajando en un asiento de primera...

Take you home.

octubre 13, 2008

Extradictorio (1er pasaje)

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Hasta que se desprenda de mi lengua tu recuerdo, podré pronunciar de nuevo tu nombre.

Cuando el destierro marque el sendero de nuestros días, echaré al aire la moneda;

compraré ventarrones sin retorno, suspiraré fuerte un recuerdo persistente.

Desde los inviernos con sol hasta las olas del mar que levantamos en las sábanas,

a partir del café, de los ancestros y las interrogantes de tus ojos;

contra mis costumbres, después de tu silencio, hacia la postreridad.

Cuando vuelvan los pájaros hambrientos del adiós, estaré serenamente parada en mitad de mi.

octubre 07, 2008

Vuelo

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.








Cortesía de Ariel Silva: pájaro amigo, pájaro persona.

septiembre 24, 2008

Long Walk Home

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

A todos mis poetas muertos erigiré un altar, donde pueda recitar las listas interminables de mis pesares.

[Quiero subsanar cada una de tus sonrisas, arrecalarlas con un silencio inmutable]

Embalsamaré mis ojos, para verle la cara al destino. Tengo un barco, un sueño y la mar.
Tiraré del hilo de oro mientras miro al cielo, equilibrando verbos y rostros, casas y nombres.
Surcaré estrechas veredas donde pueda caminar sólo el deseo, sin atajos ni mordazas.

[Vuelo de mantis en celo, crepúsculo de otoñales soles]

Sobre la memoria juré que olvidaría, pero las nubes de la tarde retornan con los vapores de mis destierros, para lloverlos sobre la ciudad de mis ruinas.

[Polvo pegajoso que condena]

Quedará como testigo una mirada de amplia factura, que al volver no reconocerá en mis huesos a su redentor.

agosto 04, 2008

Medianeces

Nací justo a la mitad del año, un 15 de junio (ya sé, ya sé…pero es la mitad del 6° mes).
Toda mi vida ha estado marcada por las medianías: soy de estatura mediana, estoy en el promedio de habitantes con posibilidades de éxito, soy el segundo de los tres hijos de mis padres –y todos varones-. Nunca he podido ver el vaso medio lleno ni medio vacío, lo veo simplemente a la mitad. Funciono siempre a medias porque trabajo bajo la insignia ‘deja para mañana lo que no puedas hacer hoy’. No soy feo ni soy guapo, no tengo ojos azules ni profundamente cafés, no soy gordo ni soy flaco.

Cuando me llegaron los tiempos escolares, nunca pude sacar el primer lugar en nada: no era lo demasiado ágil en el basquetbol, ni sabía moverme más que en la media cancha para el fútbol. Quise alguna vez concursar en los torneos de matemáticas (impulsado un poco por los premios, más que por mi afición a los números) pero mi IQ gritaba a los cuatro vientos que un niño promedio como yo, no era el mejor candidato para representar a la escuela. Sin embargo, cuando lograba colarme hasta el podium, me veía opacado por la sombra del chico ubicado en el peldaño más alto.

Si a mis padres les venía la gana de discutir, siempre estaba en medio: ‘Carlos es un bueno para nada’, ‘Carlos no va bien en la escuela, ni ayuda lo suficiente en la casa, ni tiene novia o inclinaciones sexuales que hagan pensar que lo que se ve es lo que hay’.

Alguna vez también estuve en medio de dos chicas, aunque después me hicieran a un lado para besarse apasionadamente y olvidarse de mis fláccidas carnes. Hace poco me enteré de que también estoy en un triángulo amoroso.

Y ahora, cuando estoy a la mitad del trayecto entre el puente y el asfalto, lamento que mi vida vaya a terminar también con medianeces –llamadas aristocráticamente mediocridades-, con mi cuerpo a la mitad de la avenida, medio muerto.

Y ahora, si me disculpan, debo despedirme: estoy a la mitad de un pensamiento.

julio 17, 2008

E mi piangono

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

No tuve oportunidad de tomarle fotografía alguna.
Tampoco podré cumplir el sueño de amanecer bajo su techo,
mirando el transcurrir de la vida en sus ojos.

Levantarse con el frío en los huesos en aquel lugar es un paraíso como pocos.
Observar cómo las puertas se abren conforme avanza el día,
la gente que se dispone a vivir un día más.

A la entrada del pueblo, enseguida del puente peatonal,
comienza la historia de mi familia: hombres resistentes y mujeres entrañables.
Quise también compartir la hora de la comida,
al calor de sus miradas paternales y la conversación,
sin más fines que saber unos de otros.

Hace tiempo que tomé la decisión de adoptarlo como abuelo.
Al tío Ramón deben sobrarle nietos, aunque estén regados por todo el mundo.
Es cierto, a un niño quizá no deba faltarle un padre,
pero es imperdonable crecer sin un abuelo.
¿Quién repararía nuestras alas rotas entonces?
¿A quién venir con cuentos fantasiosos para evitar el regaño?
Tampoco pude contarle que alguna vez fui niña,
que en la gran ciudad hace falta un poco de verde,
un par de abrazos calientitos y una mirada donde reposar.

Sus estancias en casa siempre obedecian a alguna visita al médico.
-Carajo! ¿Es que a los humanos nos es imprescindible esa figura?-
Cuando volvía de la escuela, o de armar el rompecabezas de mi vida,
lo encontraba a la mesa, tomando café o esperando a papá.
Entonces, escucharlo o verlo mientras se dejaba consentir por la tía Margot,
era más imperioso que interrumpirlo para charlar con él; además, a qué vendría una conversación conmigo?
A mi edad (quizá una cuarta parte de los años que llevaba sobre esta tierra), la vida es un nudo de problemas. Problemas porque no tenemos la suficiente sabiduría para resolverlos.

Supongo que alguna vez pisaré las calles de ese pueblo otra vez.
Cargaré con una cámara fotográfica y procuraré visitar a todos.
Pasaré largos días viendo cómo viven, aprehendiendo sus formas más íntimas de convivir.
Supongo, no lo sé, que cuando llegue, en algún lugar de la casa aquella,
en la cara de la tía Margot, o en la timidez de Pamela, encontraré su cara.
Traeré de vuelta su imagen. Lo traeré conmigo para siempre.

Sé que estará esperando paciente -a donde sea que vaya- por todos los que faltamos.

julio 03, 2008

Pájaro Persona

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Llueve en gran parte de la ciudad; acá apenas se siente el viento que empuja fuerte.
A lo lejos estalla una mala imitación de arcoiris, del que apenas se distingue el verde, amarillo y rosa.

¿Imaginas qué pasaría si tuviéramos un botón que nos impidiera decir mentiras?- preguntas mientras pones la mirada cansada en ninguna parte.

Se te ve hastiado, apenas agarrado a esta vida.
Los súper héroes no lloran, o lo hacen como tú: con el lomo encorvado, la cabeza hecha una revolución y los ojos resecos. Hace días que he notado cómo se van cayendo las plumas de tus alas, en tus pasos cada vez más lentos e inseguros. He preferido callar y cerrar los ojos.

Cae la noche y la visión de una explosión naranja de arcoiris rebeldes se ha esfumado. Invade a este lugar un consistente olor a despedida. Vinieron a vernos las luciérnagas que tanto criticamos, volvieron los nombres antiguos, desempolvamos sueños y lavamos viejas cicatrices.

Nadie quiere decirlo, a nadie se le desenvuelve la lengua para dictar la sentencia. Una familia de gatos rígidos –numerosa y de un núcleo bien estrecho- nos da la espalda. Hace tiempo que en la ciudad se rumora (y de tanto rumor se hace costumbre, y luego ley) que al canto armonioso de dos pájaros tan dispares, le sigue un punto de quiebre, el exilio silencioso y discreto de uno de los dos.

julio 01, 2008

Tía Calcetas

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.



¿Por qué calcetas? No lo sé.
Supongo que se debe al clima. Me parece excepcional, si me permites agregar.
A veces, cuando siento que las cosas no marchan y me es preciso huir, el primer lugar en el que pienso para refugiarme es ese.
Es un lugar para caminar, sin duda. Tomar mochila, cigarros y un libro es inevitable.
Para un alma vagabunda como la mía, sentir al viento empujar el desvencijado cuerpo es fenomenal. La razón se declara inoperante, el cansancio es un término desconocido que alguien debió inventar para disfrazar su cobardía y los pies que al lado caminan, se tornan enemigos de la batalla que significa arrancarle al asfalto un trozo de vivencia.

¿Para qué recorrer algunos kilómetros si al final del día terminaré con una mueca de insatisfacción, mientras pretendo leer en la plaza central? Responde a una necesidad arraigada de sentirme fuera de mi entorno habitual, ¿comprendes? Se trata de estar fuera de mi propia vida, apreciarla desde fuera o desafanarme de ella, procurando dejar los suficientes rastrojos como para no perderme en el camino de vuelta.

¿Para qué hacerlo entonces? A veces, a los peces del estanque les gusta dejar de respirar un rato; es curioso, porque aparentemente no conocen otra vida que no sea la que se aprecia a través del agua, a simple vista. Dejar de respirar es vertiginoso, siempre y cuando se haga bien. No valen aquí los intervalos para respirar, ni los malabares para hacer ‘rendir más el aire’.

¿Por qué calcetas? No lo sé. Siempre me han gustado.
Me gusta caminar, ¿sabías? Disfruto las caminatas tanto como supongo que lo harás algún día. Pero más que caminar, me resulta placentero lo que los pies pueden hacer con mi sonrisa. A través de estos ojos profundos se filtran caras, jardines, asfalto, autos, incluso sentimientos. Mis pies son los culpables de las lágrimas que he vertido y de las sonrisas que he esbozado. De todo, son culpables de todo. Incluso de esta imposibilidad momentánea de sentir. No los juzgo, lo hacen por mi bien. Si no hubiera caminado todo lo que he vivido, si no hubiera visto lo que sentí, si no me permitieran ser feliz y desdichada, no podría decir que estoy viva.

A mis pies les debo lo que soy.

¿Te preguntas por qué calcetas? Es sencillo: los pies de un guerrero errante deben estar bien protegidos. Precisará de calor y fortaleza en ellos para recorrer los pasajes maravillosos de la vida.

junio 26, 2008

The Man Who Asked (Soliloquio)

(The man talking by himself)
Why must you find another reason to cry?

Tararea caminos con los dedos
Aprende a amanecer muerto
Cierra la soledad en dos
y vuélvela a inventar.

Quédate solo y verás...
Sólo solo y no más.

junio 24, 2008

The Man Who Asked

The Man said:

¿Anybody at home?
¿Ha quedado rastro del polvo de mis botas siquiera?
¿Cuánto más he de errar?

junio 21, 2008

Inhabitado

Apenas la carne derruida
El ferroso silencio que se descuida
Del paso incontenible de las horas.
Apenas la música de fondo
Cauteloso tic tac que arrastra
A los recuerdos de la vieja ciudad
Pasan por la calle
Por el ventanal
Los potros salvajes del ayer
Polvareda que recrea en el ojo
En la oquedad del pecho, un muro
El olvido de las voces persignadas
Ignorantes de la savia
Que destila sin piedad
La habitación vacía
La inhabitada compañía de un eco
Que se ha quedado para resonar
En el relámpago de un grito sordo.

junio 17, 2008

Querido Nowhere Man:

Cae el gris oxidado sobre las ventanas.
Huele a verde, a lluvia que apenas viene dando vuelta a la esquina.
Ha pasado un día más.

No sé cómo haces para, mientras te recuerdo, olvidarme.
Quizá sea que la sintonía que mantuvimos por largo tiempo se llenó de vicios.
Yo, maniática de las palabras de los demás, nunca supe ordenar las que estaba pensando,
y buscaba sinónimos inconscientemente, que no lograban reflejar la realidad de las cosas.
Esa es tu herencia, a eso me atuve cuando te conocí.
Collage de emociones comprimidas.

¿Cómo haces? ¿Cómo puedes llevarlo todo al hombro y viajar tan ligero?
Partiste un día, después del café frío, a la par de la golondrina.
Detrás tuyo salieron las sonrisas, el calor de las sábanas, el brillo en los ojos.
Supe que partirías desde el primer día y persistí.
No creí que a esta evolución le pertenecerían mis letras y un par de días soleados.


Encontré por casualidad un lote con los más preciados regalos que he recibido.

Los tuve guardados en un rincón, para olvidarlos un poco. Habían canciones, lunas conmutadoras, fotografías de un hombre y una mujer que, a juzgar por la sonrisa, eran felices.

Tuve la impresión de que aquella era mi vida.


He comprado un par de libros de gente desconocida.

Quiero probar a qué sabe reinventarse, estar parado justo enmedio de uno, con la posibilidad de caminar hacia adelante o hacia atrás.

He intentado poner nombre a mis pasos, llamarme de mil maneras,

atendiendo a aquel poema que tanto disfrutamos.

Hago las cosas en función de dos, de nosotros dos.

De alguna manera, sé también que lo que haces tiene por lo menos mi tacto.

Debes andar en una ciudad llena de gente.

Apuesto a que recorres sus calles cuando el sol apenas se levanta,

cuando la noche no ha sido suficiente para terminar de sanar.

Consigues un poco de café y un par de cigarrillos, que fumas con serenidad en la plaza central.

Piensas en algo, no acostumbras a dejar la mente vagar. Sueñas despierto, eso sí.

Imagino los murmullos de las viejas cuando te ven pasar. Que si no tienes buen aspecto, que si los forasteros siempre traen mala suerte, un pasado acusador y no sé cuántos muertos encima.

Como siempre, finges no darte cuenta.

Sé que sabes que te sé.

Y cuanto más lo sabes, más te alejas.

Cuando cae la noche, suelo pensar 'estoy en casa'.

Pero esta casa no tiene las dos recámaras, ni la estancia para departir con los amigos.

Sin embargo, aún huele a romero y las ramitas del sauce se mecen nostálgicas con el viento de la tarde. Al jardín dedico la lozanía de mi rostro cuando amanece sereno después de llorar.

No he querido mover las cosas de su lugar, porque sé que alguna vez se te terminarán las ciudades por visitar y volverás.

No sé si sea la misma entonces.

Tu escafandra está al lado izquierdo del guardarropa.

Abre bien los ojos y aviéntate a mi abismo.

junio 16, 2008

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

¿Qué hacer cuando a las manos que trabajan palabras se les acaba el verbo y se quedan adjetivando al sustantivo?

Sepan disculpar.

junio 01, 2008

Inexorable

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Estoy imaginándome en otro lugar.
Es igual si mis pasos van hacia adelante o hacia atrás.
Lo importante es no quedarse…se me vienen oxidando las buenas intenciones y a cada gesto de bondad esbozado se le escapa una maldición.

Como la manzana podrida, se contamina el aire a mi alrededor.
Egoísmo, soledad o heroísmo. Que cada uno interprete lo que quiera, la razón es una:
No derribar lo que me rodea, evitar el holocausto y seguir.

Que me trague la tierra,
Que mi carne sirva de abono para tiempos mejores
Que el olvido sea lluvia purificadora
Y mis ramas, las ramas de este sauce débil, sirvan de cimiento para los que vendrán.

Huir hacia el principio de todo, tomar impulso y dejarlos en libertad.
Es necesario a veces bajarse a los suyos de los hombros y contemplar cómo se van.
La vida es tan grande, tan etérea, que no admite títulos de propiedad.

Por mí, pero sobretodo por ustedes: c'est tou.

mayo 26, 2008

Punto

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Del punto. Partir del punto en cualquiera de sus modalidades (aparte, final, y coma, y seguido, suspensivo).

Recuerdo a Diego ahora que escribo esto. Sus dos puntos, con esos diálogos tan maravillosos…eran buenos tiempos, indudablemente. Era el tiempo de enredarse en las letras, mientras se leía, mientras se escribía. Lógicamente, también mientras se vivía.

A veces siento que las palabras se acabaron, que las pocas disponibles para domesticar, se las están tragando a borbotones los otros, los demás que no soy. Recuerdo entonces a Octavio, y su poema tan grabado en mí –con esa particular forma que tengo de recordar- cuando en un acto de coraje parece gritar: ‘chillen putas’.

Las mías encontraron nuevos horizontes. Se han ido en pequeñitas barcas, navegando por sensaciones y estremecimientos de un nuevo capítulo cerrado, o en proceso de inexorable destierro. Algunas más aventuradas, se colgaron del pretexto de tus ojos o el recuerdo de tu voz, y entonces ya no fueron mis putas sino las tuyas.

Se cansaron de la volubilidad y la rutina. Pobrecitas, las comprendo: es tan feo sentirse aplastado por el paso de los días…
Acá es de noche-mañana y la no lluvia se está colando por los orificios de la elocuencia.
Ha sido un día largo. Lo ensancharon mis pasos cada vez más lejanos, a veces presurosos, a veces insurrectos, a veces indomables.

Vengo huyendo.

Dibujo inanimado, canción internándose hasta el tuétano.

Busco un rincón, el último.
Para asirme con fuerza de mi tierra, acorazar los miedos. Mostrarme transversal e invertida, resistiendo.

Una vez más.
Encuentro el punto y vuelvo a empezar.