Y trino...

septiembre 24, 2008

Long Walk Home

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

A todos mis poetas muertos erigiré un altar, donde pueda recitar las listas interminables de mis pesares.

[Quiero subsanar cada una de tus sonrisas, arrecalarlas con un silencio inmutable]

Embalsamaré mis ojos, para verle la cara al destino. Tengo un barco, un sueño y la mar.
Tiraré del hilo de oro mientras miro al cielo, equilibrando verbos y rostros, casas y nombres.
Surcaré estrechas veredas donde pueda caminar sólo el deseo, sin atajos ni mordazas.

[Vuelo de mantis en celo, crepúsculo de otoñales soles]

Sobre la memoria juré que olvidaría, pero las nubes de la tarde retornan con los vapores de mis destierros, para lloverlos sobre la ciudad de mis ruinas.

[Polvo pegajoso que condena]

Quedará como testigo una mirada de amplia factura, que al volver no reconocerá en mis huesos a su redentor.