Y trino...

mayo 17, 2014

Get Back

-Podría gritar...que me dejes beber de tu sangre... - entono entre melancolía y euforia. Hace tanto que descubrimos aquel lugar...como tantos otros, caray!

Pienso en el momento, en los proyectos, las metas...bah! También pienso en esa nueva misión: siento que el fin está cerca. Quizá debiera ir preparando el discurso, los papeles, el escritorio. Reclutar no es lo mío, tal vez renunciar sea la opción.

Las puntas de mis lápices se quebraron una a una intentado escribir mis anhelos. Qué es lo que en verdad deseo? La pregunta sobre el pasado y la felicidad me descolocó: en qué momento elegí ser feliz?  Cómo sabía que aquello era la felicidad?

-Alguna vez piensas en "Bolde"?- soltó el saltamontes sin titubear. Supongo que después de planear una vida de libertad su lengua se desenvolvía.

-La verdad, no. Superé esas historietas con mi realidad actual- respondí sin reparar, y seguí - creo que aplicar sellador a esa fuente de dolor ha sido lo mejor. Seguro que con el tiempo quedará en lo más profundo de mi memoria... Claro, me duele la traición, la mentira, la telenovela que protagonicé en aquel momento... Pero así es esto, sin medias tintas: o entregas todo o mejor te quitas. No entiendo el compromiso de otra manera... -. Apuré el trago, suspiré profundo y una nota se enganchó a la primera vez. Es que siempre voy a apostar todo? Mi saldo ha resultado negativo en anteriores ocasiones...

Recuerdo la sonrisa, el olor, el sentido de pertenencia. Aquello fue lo más parecido a quemar las naves, a tirar el ancla pa' no zarpar jamás, aun cuando la piel se volviera tierra de nuevo, territorio de nadie, llama infatigable en el universo. Y ahí estaba de nuevo, en la misma mesa, sin firmas ni carcajadas. Un recuerdo nada más.

Cada día, cada silencio, incluso cada palabra, me anuncia el final.
Debería ir hacia atrás, al momento justo en el que decidí regresar. Si no me hubiera movido, habrías quedado en alguna cierta amistad, de esas que llegan y se van sin novedad.

Quince días y los buitres comienzan a rondar.
Quince días más,  quince años. Tiempo deslizándose lentamente.
Y una vez más llega septiembre, y un año más... Y esa certeza de que una vez más no estarás.

Pido la cuenta, quiero cerrar la noche -quisiera cerrar mis días -.
En qué momento todo el amor se vuelve tan tirano? En qué lugar debo recomenzar?

mayo 16, 2014

VIPS

Por más que intento recordar, la cabeza no me da. Llevo días en una especie de limbo, he pasado los días casi sin ver, como flotando. Sé la fecha porque mi trabajo así lo demanda, pero no tengo conciencia de lo hecho en los últimos días.

-Si fuera a la escuela seguro que lo recordaría- pienso inútilmente. Sé que aquel escape se acaba media hora después de que comienza la clase.

He conformado una rutina -Sí, animal de costumbres que soy- que me agota, que incluye un descanso a mitad de camino, sólo para fumar y ver a la gente que pasa. Creo que busco en ellos la respuesta...

-Que bola de estupideces escribo, caray!- exclamo entre carcajadas. He intentado hacer la tarea para el martes, para evitar las prisas. Ese viaje se ha presentado en un momento clave...

Cierro la agenda/diario. He pensado en arrancarle todos estos días. Recomenzarla. O quizá habituarme a la idea de que no soy buena para medirme en horas, días, meses.

Lo mío es el transcurrir de las personas. Me mido por amores, amigos, farsantes, decepciones, retoños.

-Por eso estoy estancada!- me he dicho mientras seco la lágrima furtiva que resbala por mí mejilla derecha.

Cierro todo, aviento lapiceros y cojo la sudadera gris. Salgo a correr para liberar toxinas, la depresión está regresando.

mayo 13, 2014

Duda

Saco la tarjeta de la cartera. Un fino papel con bordes encerados, letras rígidas en azul y una imagen de medusa. Qué loco!, pensé.

Detengo la marcha, vacilo con las manos sobre el teléfono. Me decido a marcar.

En un acto reflejo, enciendo el cigarro justo al conectar la llamada.

-Qué tal, doctor? - se escucha cuando jalo el humo- habla Laflor, estuve con usted ayer, recuerda?-. Seguro se acuerda, pensé.

-Me sorprende su llamada, cómo ha conseguido... -

-Su tarjeta- intercepto -ahí están sus datos -. No estoy tan loca como para interferir su línea y esas cosas...

-Dígame, en qué le puedo ayudar?- se escucha exhausto, son apenas las nueve de la noche. Dudo un poco, arranco sin pensar...

-Estaba pensando... Verá... Hoy tuve un día difícil, mucho trabajo, muchas cosas por decir, sola en la oficina... Le envié un mensaje a mi madre para felicitarla por su crema de elote, estaba tan rica...-

-Señorita, también he tenido un día difícil, qué se le ofrece? Le recuerdo que las consultas son en persona... - se vengó.

-Sí, es que... No puedo, me paraliza, me duelen las piernas, tuve que parar...- sigo titubeando- usted cree que se pueda lograr?- por fin lo solté.

-Qué cosa? Repararla?- su tono sonó burlón, comenzaba a detestarlo, pero no lo podía abandonar.

-Caray, doctor, eso dolió! - me quejé. Ya no sabía si continuar, sentí como si me estrellara con un muro, como hace cinco minutos mientras caminaba y choqué de frente con el corredor.

-Me refería a preservar el amor...al de pareja, naturalmente - de pronto me callé, la lengua se me aguadó, como si hubiera descansado al fin.

-Mire, es un tema escabroso, depende de muchas cosas y requiere de otro tipo de ejercicios para poder encontrar esa respuesta- dijo de un jalón. Y prosiguió ante mi insólito silencio.

-...su caso es complejo, porque involucra elementos familiares...- se calló de golpe, escuché cómo se arrepentía de haber dado su primer diagnóstico.

-...tenga paciencia, ayúdese con mapas mentales, ordene sus ideas, evalúe su situación...la respuesta está en usted. Vuelva la próxima semana, por favor, para poder trabajar en ello...tiene tarea, no?- parecía haber liberado la tensión.

-Sí, no las recuerdo ahora pero las tengo anotadas- apenas pude decir. No lograba reponerme de aquella parálisis. Continuó.

-Agregue su concepto del amor y cómo cree que debe ser su pareja, en términos prácticos, por favor. Si cumple con las tareas, lograremos salir de esto pronto -

-Gracias, cumpliré-. Corté la llamada sin despedirme, sentía otra vez el pecho castigado por tambores de guerra. Sabía que no iba a quitarme la duda esa noche.

Happening Now

-Y bien, dígame cuál es el problema? -
Su pregunta me ofendió. Qué clase de estúpida me creía? Supuso que soy una antisocial, frenética, bipolar? O tal vez que estoy tan sola, que necesito pagar para que me escuchen.

-Para mí es normal, estrictamente no veo ningún problema por acá-, dije con aire retador. Me resistí muchos años a venir, justo por esos clichés de película norteamericana.

-Bueno, entonces dígame, por qué quiso hablar conmigo? -

(el aire me enerva la espalda, respiro profundo)

- Soy una aprendiz de bruja y quiero aprender a leer mi destino -, dije socarronamente. El silencio y la polaridad de su rostro me hicieron callar.

Le conté de mis poemas enterrados en una jardinera para conservarlos, de mis innumerables compañeras de cuerpos esbeltos, senos en flor, y mi figura de prominencias vergonzosas.

-Mamá siempre ha presumido de ser delgada, pero si no fuera por ella, no tendría estos alerones por cadera- continúe, y alcancé a advertir su mirada de comprobación.

-Ha sentido rechazo de su madre por no ser delgada?- resbaló por primera vez.

Recordé lo miserable que se volvió la vida de mi madre después de abandonar el trabajo por cuidarme. No había remuneración equitativa, caramba!

-Siempre suelta su "desde tu accidente dejé de trabajar, dejé catorce años de antigüedad tirados...". Quizá no se da cuenta de que me lastima cada vez que lo usa como muletilla para hablar de su desgracia...- corté la declaración; en realidad, creo que sabía que lo hacía y lo usaba con la intención de amarrarme a ella en agradecimiento.

-Alguna vez le ha hablado de esto a su madre?-

-Habla en serio? Debería traérsela un día, seguro le da trabajo para rato...y no, no se lo he dicho a nadie, quizá a mi padre...

-Su padre...ahora que lo menciona, cómo es su relación? -

Pensé en gastarle una broma, pero me abstuve al ver el reloj. Treintaicinco minutos habían pasado ya.

-Mi madre dice que somos igualitos...mudotes, bravos, encerrados, cae mal. Todo lo contrario a ella y mi hermano, que se parecen tanto, y que pasan horas platicando de sus cosas- hice una pausa y luego saqué un cigarro de la bolsa. No se podía fumar pero me acercó fuego; intentaba ganarse mi confianza.

-...antes de que pregunte por mi relación con él, le adelanto que no es buena. Sí, parece que sólo me llevo bien con mi sombra, pero es lo que hay...-

-No hable por mí. Iba a preguntar por qué fuma-

-Puedo terminar de contarle de mi padre y mi hermano? Pues bien, amo a mi padre, tanto como a mi madre; la diferencia estriba en su manera de relacionarse conmigo: mientras mi madre se empeña en que sea igual que ella de "lengua fácil", a mi padre parece darle igual si hablo, si lloro, si me muevo...Podemos pasar horas en la misma habitación sin cruzar palabra. Y sí, viéndolo bien soy igual a mi padre...con la diferencia de que estoy más o menos al pendiente de mi madre-

En este punto preferí parar, no me sentía con el derecho de hablar sobre problemas que no eran míos. Y continué con Jairo.

-Mi hermano ha sido un cabronazo desde la secundaria!  Me enteré por casualidad, cuando su mejor amiga escupió la lista de sus amoríos al calor de las copas, cuando aún solíamos llevarnos bien y hablar de nuestras inquietudes y problemas, cuando aún no era presa del mimetismo- me interceptó...

-A qué se refiere con "mimetismo"? En este contexto -

Supe que no había vuelta atrás.

-Cuando estaba (yo) en la prepa y él en la universidad, dejamos de pelear por tonterías y comenzamos a ser más cómplices. En algunas ocasiones me usaba de carnada para que mamá lo dejara sacar el coche, o yo a él, para que me dejaran ir al antro. Tuvimos unos años maravillosos; siempre le adivinaba las novias, hasta que mi conocimiento de su comportamiento me llevó a concluir que se iba a casar...ella especialmente entró en juego de una manera desafortunada: sospecho que mi hermano engañó a su anterior novia con ella hasta el punto de cambiar a una por la otra. No lo he podido comprobar...-

Los gestos del hombrecito iban entre asombro, recelo e interés. Casi no lo dejaba hablar, sentí como si me hubieran liberado y no podía parar de vomitar todo aquello.

-...pero volviendo al punto, creo que poco a poco se ha ido 'acoplando' al estilo de vida y al carácter de su esposa. Pobrecillo... A veces siento pena por él, cuando despotrica en la casa contra su esposa pero viaja seis horas sólo para ir a traerlos del lugar de sus vacaciones... Caray, doctor, a veces siento que quiero ser como mi cuñada! Una auténtica domadora... -

Y lo vuelvo a pensar, y en acto reflejo niego con la cabeza. No creo que ese sea el tipo de inteligencia que mantenga a una pareja unida.

-Siento en sus palabras mucho reproche, por qué les guarda rencor? -. Segundo error, Mr Freud.

-No les guardo rencor, los amo. Pero sí les reprocho que me hayan dejado sola. Mi hermano y mi padre. Ahí, con mi madre, que parece mi enemiga a veces por jornadas largas- suspiro, creo que la tensión se va disolviendo. Mi cuerpo es ahora una gelatina.

-De tal manera que cree que la dejaron "sola con el paquete"...-

-Dicho de una manera cordial. Hubiese dicho que se están haciendo pijijis olímpicamente con sus responsabilidades...ni soy la única hija, ni decidí casarme con aquella mujer obsesionada con las buenas costumbres -. Así describí a mi madre, para no decir "esa señora que presume de realeza, y tiende a la perfección.

Un hueco en el estómago me obligó a encorvar la espalda y subir las piernas al sillón. Iba sintiéndome liberada.

-Pero la quiero, le agradezco sus enseñanzas, la formación en valores y su empeño en mi educación escolar. Aunque quizá sí tenga algo que reprocharle: su constante irrupción en mi vida, en mis cosas, en mi cuarto; tal parece que no entiende la privacidad en una casa (menos mal que no ha quitado las puertas de las recámaras)-

Mira a la ventana; algún demonio se le escapó. Sus ojos brincan al ver el reloj, llevamos tres horas en esto. Decide terminar.

-Su caso requiere un seguimiento más puntual; tendrá que regresar otro día,  pero qué tal que le pongo tarea, quiere?- su interés asoma en las manos entrelazadas, asiento con la cabeza - La próxima vez que venga, traiga una lista de las cosas que más extraña de su entorno familiar, y otra con 15 cosas que le gustaría hacer, de baja y mediana intensidad. Intentaremos que las vaya realizando con el pasar de la terapia -.

Interpreto estas líneas como un "te entiendo, nos volveremos a ver" y ya las piernas me empujan a besarlo en la mejilla. Me ruborizo, luego intento explicar. No se ha enfadado.

Bajo las escaleras y tengo la sensación de que alguien me espera para cenar, en un apartamento lleno de las cosas que más amo: libros, discos y un confortable sillón.

Apresuro el paso, doy dos brinquitos y pongo la lista de reproducción.
Escribo en Twitter "te amo, lo sé con certeza". Y una tarea en el calendario del móvil: Martes 20, "qué carajos quiero hacer con mi vida y por qué me lo prohíben".

mayo 02, 2014

Huída

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

Déjame cerrar los ojos, mantener el oído atento a tu respiración,
sentir cómo vibran las palabras en tu pecho, cómo las detienes con un suspiro.

Déjame cerrar los ojos, huir de la realidad: el reloj a marchas forzadas, las piernas que tropiezan.

Déjame cerrar los ojos para no ver mi partida.
No quiero verme fuera de ti, me he negado a hacerlo desde que, terco, el corazón delator grita "¡a contraluz!".

Déjame cerrar los ojos, que no quiero ver hacia atrás y me cuesta vislumbrar el camino hacia adelante.

Au revoir, mon amour.