Y trino...

enero 25, 2009

Cierta.mente


Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.


[Apunte callejero, fragmento. Oliverio Girondo]
Es completamente cierto. Usted nunca se equivoca, y yo no miento.
(Salvo las ocasiones en que era necesario sacrificar un poco de fidelidad por conseguir un poco de orden).
No le voy a mentir porque no vale la pena. Hay cosas que es improcedente ocultar.
Por ahí, en un diccionario muy peculiar, leí la siguiente definición de cobarde: 'dícese del que piensa con las piernas'. Creo, sin embargo, que es preciso hacer un apunte a tal aseveración -que me parece ingeniosa por demás-. Reconsiderar no es acobardarse; recordar y componer el camino, tampoco. Hace algún tiempo que he venido esperando esas letras suyas. Es usted muy predecible, sabía?
No, no tengo nada que ocultar. Creo que he tomado una buena decisión.
Considero que no caben las explicaciones: se explica aquello que está fuera de la lógica.
Lo mío está muy dentro de ella. Lo sucedido me sacudió e hizo que recordara la máxima de serme fiel. Uno es perfectamente capaz de equivocarse -lo sabe muy bien-, y si se comete una infidelidad, no hay problema: la palabra lo deja muy claro. Uno es uno. Los demás son meras consideraciones.
Sí, lo sé. Tanto lo sé, que lo he dejado claro a quien merecía saberlo.
El ser humano es tan maravilloso, que tiene el privilegio de escoger.
Hice una elección y creo que no me equivoqué.
Y si ha sido así, que hable el tiempo. Es el único juez autorizado para dictar sentencias de tamaña magnitud.
No se preocupe, ni se ocupe.
Olvide, está en su derecho.
Usted disculpará pero esta vez no comparto su visión.
Gracias infinitas. Y que le vaya bien.

enero 21, 2009

Poderá convidar-me?

En primera instancia: ¿me invitas algo?

mai-vous m'inviter?


maggio vi invitiamo me?


may you invite me?


Un café, un abrazo cálido, no sé.


Te los pongo al mismo costo, con nombre, firma y dirección.


En verdad, lo digo en época de crisis, me basta con verte llegar.


Entonces, ¿qué me vas a invitar?



[P.D: He escuchado decir que el portugués es un idioma muy sensual. Habrá que intentar...]

enero 17, 2009

Alone

[En primera instancia: cerrar los ojos y volar.]

'Niña, no olvides sonreír que mañana empiezas a vivir...'

No buscaré bajo el pecho de mi gorrión sonriente
la letra gris que dictaba tu nombre,
ni dejaré para mañana lo que no puedo hacer hoy.
[Hace tiempo que sueño que te olvido]

Pasaré la noche escuchando a mi voluntad mientras dormita.
Debo comenzar a hacer mis sueños realidad.
Ven y camina conmigo.
Por favor.

[I'm just watching the weels...you are right here]

enero 10, 2009

La caminera

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.
Vamos a volar y es de hombres formales despedirse y agradecer las atenciones.
Sirvan estos versos para los efectos tales.


¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

[HUIDOBRO, Vicente. El paso del retorno. Fragmento]

Tal cual, iré buscando un recodo de la vida donde sentarme a mirar la noche.
Mandaré postales vía chispazo en la memoria.



enero 08, 2009

Bitácora de vuelo

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

De a poco aprendí que volar es una actividad pocas veces compartida.

He volado de muchas formas, en cada recuerdo, a cada instante.

Me paseaba con anchas sonrisas cuando compartía cada jornada con ellas en la universidad;

con él, cuando vagamos por los estantes llenos de libros o las madrugadas de ocio.

(Alguna vez invité al viaje a la soledad, con sus ojos redondos y acuosos)

Muchas veces hicimos aterrizajes forzosos, accidentados, confusos...todos se han contado como uno más, aunque no hayan llegado a su destino.

También sucedía que me cansara de volar,

y entonces alguien más tomaba el mando y cargaba con mis alas cansadas.

(Saben que desde lo más profundo les agradezco).

Por ellos, por ustedes y los que se unirán es que ahora tomo aire, fijo la mirada y lo vuelvo a intentar.

Ahora en diferente latitud.

Quizá el mismo rostro, el mismo ánimo de tranquilidad

pero nunca, ni echando la vista atrás, con el mismo plumaje.

He de tomar entonces una frase que he visto por ahí -y que me perdone el autor la falta de crédito-: 'No te reconocí, es que he cambiado tanto...'.

[Preparándose para abordar]