Del respirar de las piedras te hablo, de los cántaros, de los ríos secos en que he nadado, hasta hallarte sola y amaneciendo, como árbol de frutas secas.
Te hablo desde la tierra, desde las hojas, desde el pan que habita en la corteza de ciertas semillas, de ciertas ideas, de horas sin sueño, de días sin hambre, de noches sin lunes próximo, sin mañana distante.
Te oigo desde las tardes que nuestros pasos amaron; te escribo y te dejo un beso con el sabor del aire entre eucaliptos.
Escribo por no perderlo, por no dejarlo, por no olvidarme que a veces, tal vez sin quererlo, me estés escuchando.
-Edel Juárez, en introducción a la canción...-
Ando tan corta de imaginación que sólo alcanzo a tararear..."cada quien tiene su propia lista interminable de historias que puede guardarle un lugar...momentos que siguen pendientes, fragmentos de vida que andan por ahí...".