Y trino...

julio 10, 2012

Y es que un día te quise...

En primera instancia: cerrar los ojos y volar.

¿Por qué prestar atención a los detalles?
Si todo aparece tan normal, cotidiano, a medio andar.
Mis ojos no te buscaban la boca ni mi cuerpo la ligera inclinación hacia tu sombra.
Era una interrogante de pies a cabeza, y ante tus ojos todo estaba bien.

Que estás cansado, que han sido muchas emociones...
Mis brazos también lo están, se han vuelto de cristal, a fuerza de la frialdad en tus gestos.

No, no vas a elegir.
Te lo dije muy claro, y en nombre del bonito recuerdo que tengo de nuestros primeros días, he decidido quitarte la soga de mis exigencias y las hoquedades que me llenan la razón.

Te necesitaba aquí y conmigo.
Mi faro no volverá a iluminar en tu rumbo, no te preocupes.
La calma volverá a tus días.

- Las distancias apartan las ciudades,
      las ciudades destruyen las costumbres...-


Postdata: 

Todo lo supuse desde el jueves, por eso estaba "rara".
Soy capaz de todo, sobre todo cuando se trata de comprensión, pero faltaste a una promesa y ni siquiera la recuerdas. Es la omisión lo que me entristece; era de suponerse que una nimiedad no figurara en la lista de prioridades. Te quiero libre y no seré yo quien ponga las amarras. Aquí, la constancia de que hice todo por conciliar tu mundo con el mío.

Me hace falta mucho.